Inicio COLUMNA Opinión. Se acabó el sexenio de Alejandro Murat; Salomón Jara y sus ansias (II)

Opinión. Se acabó el sexenio de Alejandro Murat; Salomón Jara y sus ansias (II)

por Agencia Zona Roja

Ismael García M./Zona Roja.

Oaxaca de Juárez, Oax., 10 de febrero de 2020.- #JuntosSalvemosOaxaca es la nueva etiqueta que posiciona en sus redes sociales, aunque no define de quién o de qué quiere salvar al estado.

Quiere por enésima vez ser candidato a gobernador de Oaxaca y sus ansias –crecidas por el cargo de vicepresidente de la Mesa Directiva que ostenta en el Senado de la República– le han llevado a, literalmente, saquear los ayuntamientos morenistas del estado.

La dinastía Jara Cruz (Salomón y Amador –patriarca aún del PRD– además de Noé) se empoderó social y políticamente en los 80, tras iniciar su lucha en pueblos de la Costa chica, al lado de Flavio Sosa Villavivencio, donde tuvo su hegemonía por mucho tiempo el PRD.

Pero esa familia ha buscado únicamente los cargos para servirse política y económicamente, mas no para llevar la justicia social a los más pobres, cual fue el ideal con el que nacieron en la lucha de las izquierdas.

Amador Jara lleva por lo menos tres lustros en cargos perredistas y aún controla algunas huestes de lo que queda en ese partido. Noé prefiere servirse de los cargos que le buscan sus hermanos y ha sido de todo, a nivel administrativo y político.

Un reciente ejemplo en el caso de Salomón: aunque lo negó al diario “El Universal” e incluso envió una carta aclaratoria, todos sus allegados y familiares saben que es propietario de una magna residencia en las faldas del cerro de San Felipe, a unos metros del Libramiento Norte, cuya vista domina todo el valle metropolitano.

Salomón recorre, desde que inició su cargo legislativo, todos los fines de semana, los pueblos de Oaxaca. Y no lo hace para explicar qué ha hecho por la entidad desde su función; más bien, promueve su imagen a través de las autoridades municipales, que financian sus recorridos.

No explica de dónde salen los recursos financieros que usa cada fin de semana en recorridos, de por lo menos tres días, en pueblos apartados, y que incluyen combustible, viáticos, hospedaje, alimentación, mantenimiento de vehículos, entre otros. En él no aplica el “No mentir, no robar y no traicionar al pueblo”.

DEL SUELO AL CIELO

Hasta antes del 2006, Salomón era prácticamente don nadie; conocido solamente en la Costa chica, donde tuvo una importante influencia y crecimiento social con la Unión Campesina Democrática (UCD) –del que fue secretario General–, al lado de Amador y Flavio.

No se involucró en la lucha social de ese año, como sí lo hizo Flavio Sosa y demás izquierdistas, y optó por seguir buscando cargos políticos.

El ingeniero agrónomo originario de San Melchor Betaza ha ido de un cargo legislativo local a uno federal, en ambas cámaras en este último caso. Tras ser presidente estatal del PRD (1991 a 1992), fue diputado federal (1991 a 1993); diputado local (2004 a 2006) y senador (2006 a 2010).

Fue en este último lapso en que buscó mayor acercamiento con Andrés Manuel López Obrador y fue también uno de los poco que acompañó al hoy Presidente de México, así como a Gabino Cué, a recorrer por tierra la mayoría de los 570 municipios.

Ya con Cué como gobernador, fue funcionario de la Secretaría de Desarrollo Agropecuario, Forestal y Pesquero del Gobierno de Oaxaca, de donde salió señalado de corrupción, por lo cual dejó el cargo en 2013.

“En septiembre de 2013, fundé con el licenciado Andrés Manuel López Obrador, el partido Movimiento Regeneración Nacional (MORENA), en nuestro estado”, presume en su semblanza.

En 2016 fue candidato a gobernador por Morena, cargo que estuvo a punto de ganar, pero por acuerdos políticos, más que votos, cedió a Alejandro Murat Hinojosa; en 2018 fue candidato a senador, cargo que ganó en segunda fórmula.

ETERNO ASPIRANTE

Pero desde que asumió su posición legislativa en la Cámara Alta, a finales de 2018, en que fue designado también como vocero del grupo parlamentario, ha vuelto a las campañas electorales, pese a que ahora ya no forma parte del primer círculo del Presidente de México. Incluso ha sido abucheado en las giras del mandatario por Oaxaca.

Amplias han sido las críticas por obligar a las autoridades municipales –Salina Cruz, el caso más evidente y documentado– a financiar con recursos públicos sus recorridos.

Apenas este fin de semana estuvo en varios pueblos de la región Cañada y la semana pasada en el Istmo.

Tan engallado está que enfrenta a las autoridades estatales y ha amenazado con tramitar la revocación del cargo al fiscal Rubén Vasconcelos Méndez, por inepto.

Tan engallado está que las autoridades del Istmo –Tehuantepec, Salina Cruz, San Blas Atempa, Juchitán, Matías Romero, entre otros– ya ni siquiera obedecen las consignas y designios del Presidente de México, sino “lo que diga Salomón”.

Tan engallado está que pone y quita funcionarios de distintos órganos desde el Congreso local, donde también domina. Lo mismo hizo con su hija Bxido, que impuso inicialmente como enlace federal en materia de seguridad, nepotismo por el cual fue criticado duramente.

Tan engallado está que, a tres años de la próxima contienda, ya se siente candidato a gobernador por Morena, y ya se siente el próximo gobernador.

Pero, por ahora, no tiene la bendición de López Obrador y el dedito del jerarca de Morena se mueve de un lado para otro, no de arriba hacia abajo. Por lo menos, el Presidente de México tiene otros datos, y en esos no está el nombre de Salomón.

Próxima semana: Se acabó el sexenio de Alejandro Murat; Adelfo Regino y los señalamientos de corrupción (III)

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