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Opinión. La inutilidad de los diputas federales oaxaqueños

por Agencia Zona Roja

Ismael García M./Zona Roja.

Oaxaca de Juárez, Oax., a 15 de enero de 2024.- En la recta final de 65 Legislatura federal, la productividad de los diputados oaxaqueños no se ve por ninguna parte.

Pero además, de los 19 representantes populares —13 de ellos de Morena—, nada se sabe de actividades propias de su encargo más que el proselitismo que realizan para seguir en la ubre presupuestal.

Y muchos están a un paso del ostracismo, pues apostaron primero por Susana Harp Iturribarría y después por Marcelo Ebrard, lo que les augura una eminente derrota en su aspiraciones políticas.

Lo cierto es que a ninguno de ellos se le ha visto legislando por y para Oaxaca; en cambio, han sido señalados, en el sexenio de Alejandro Murat y ahora con Salomón Jara Cruz, de crear conflictos para la entidad.

La mayoría también, sigue empecinado en “gestiones” para los municipios, pero a cambio de los llamados “moches” y/o que sus empresas construyan las obras.

Muchos apuestan ahora por Claudia Sheinbaum para salvarse y seguir disfrutando de los múltiples beneficios presupuestales… pero no les perdonarán sus traiciones.

LOS MORENISTAS

La mayoría de los diputados federales son del Partido Morena, pero también ajenos al proyecto de Jara Cruz, por lo cual tienen un futuro político incierto en la próxima conformación cameral.

Son 13 morenistas que aparecen en la lista del portal de internet de la 65 Legislatura como legisladores oaxaqueños, no obstante de varios de ellos se desconoce su actividad e incluso su origen.

Por ejemplo Zeuz García Sandoval y Alfredo Aurelio, que lograron la curul por la vía plurinominal pero en absoluto se conoce si son originarios del estado.

Otros casos son los de María del Carmen Bautista Peláez, del distrito IX con cabecera en Puerto Escondido; Beatriz Dominga Pérez López, del distrito VI Tlaxiaco, que si bien ganaron en las urnas, tampoco se conoce su labor. En similar condición Rosalinda Domínguez Flores, ex legisladora local en cuyo cargo tampoco atendió a sus representados.

De los de siempre, y que apostaron para perder, están Daniel Gutiérrez Gutiérrez, del distrito X Miahuatlán, señalado de provocar conflictos en la Sierra Sur y de armar protestas contra el actual mandatario estatal.

También Carol Altamirano, distrito V, eterno legislador ex perredista, quien sólo brinca de cargo en cargo pero no se ve su participación en la Cámara alta, más que sus ambiciones por seguir viviendo del erario legislativo, pese a su favoritismo hacia Ebrard. 

Está además el caso de Azalea Santiago Chepi, distrito IV, quien es legislador por segunda vez, acude a su región pero sólo para intentar repetir en el cargo; no obstante, es notoria su animadversión hacia Salomón Jara y su afición por las bebidas alcohólicas.

Es el mismo caso de otros dos integrantes de la Sección 22 del SNTE, Irán Santiago Manuel y Jorge Ángel Sibaja Mendoza, que poco les importó traicionar al movimiento magisterial con tal de conseguir una curul plurinominal, desde donde se han confrontado con el gobernador, por apostar por otros proyectos políticos.

Armando Contreras Castillo es diputado también plurinominal pero sin ningún aporte para Oaxaca más que para el proyecto llamado Ericel Gómez; respaldó en su momento a Susana Harp y luego a Marcelo Ebrard, y ahora para seguir en el poder, supuestamente apoya a Claudia Sheinbaum.

¿Y qué tal con Ángel Domínguez Escobar? Antes furibundo defensor del PRI y de Alejandro Murat, se volcó además en apoyo de la senadora Susana Harp como candidata a gobernadora y después con Ebrard como candidato presidencial.

Pero en los dos casos perdió y ahora no tiene futuro más que tratar de justificar todo el dinero que se gastó en campañas proselitistas en la región Cuenca.

Acaso la única jarista por conveniencia es Irma Juan Carlos, distrito II, quien mantiene una permanente campaña pero para reelegirse, no para servir a las comunidades.

¿Y LOS PRIISTAS?

A nivel federal, el PRI mantiene cierto peso en las decisiones del Poder Legislativo, tanto en la Cámara alta como en la baja, e incluso en conjunto con la oposición a Morena, ha ganado batallas para rechazar propuestas legislativas del Presidente Andrés Manuel López Obrador.

Pero en ninguno de los casos se han escuchado intervenciones de Mariana Nassar Piñeyro y Eufrosina Cruz Mendoza.

La primera literalmente goza de una beca en la 65 Legislatura y tras la derrota de Alexandro Murat Hinojosa, jamás volvió al estado.

La segunda no sabe si es panista o es priista pero ha jugado con las dos caras para seguir viviendo del erario desde el Legislativo.

Primero fue diputada local y ahora dos veces federal, pero va por el Senado de la República, alentada ahora por la alianza tripartidista y amparada en la fuerza de Xóchitl Gálvez.

“CHIQUILLADA” ONEROSA

También sólo para vivir del presupuesto y beneficiado por la alianza partidista, está José Antonio Estefal Guillessen, hijo del connotado priista José Antonio Estefan Garfias, por quien ganó el distrito VII con cabecera en Ciudad Ixtepec.

Pero no ha regresado a su región más que para campañas políticas; un individuo gris que cuando fue dirigente del Partido Verde Ecologista, sólo logró crear conflictos.

¿Y los petistas? Benjanín Robles Montoya y su esposa Maribel Martínez también mantienen una fuerte campaña promocional para seguir pegados a los grandes beneficios económicos y políticos de la Cámara alta.

Ahora insisten en repetir en los cargos, el primero de ellos como senador, la segunda como legisladora, con tanta ansia que mantienen un fuerte pleito interno con otra corriente política. Se han convertido, en realidad, en los caciques del PT que sólo buscan vivir del erario.

¿Alguien sabe de Margarita García García? Ha sido favorecida también en varias ocasiones por los cargos legislativos pero en absoluto ha regresado al estado lo mucho que ha recibido.

Lo cierto que para los morenistas y sus aliados, la llamada austeridad y la honrada medianía nada más se les da. No hay cambios, no cambian, más que color monetario para acceder a cargos públicos. No aportan nada a Oaxaca y, por supuesto, a la llamada “Cuarta Transformación”.

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