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Opinión. 2024: la madre de todas las batallas electorales

por Agencia Zona Roja

Ismael García M./Zona Roja.

Oaxaca de Juárez, Oax., a 2 de enero de 2023.- En los próximos seis meses, México vivirá una intensa jornada electoral, por la renovación del Poder Ejecutivo federal, el Senado de la República y la Cámara de Diputados federal.

Además, habrá elección de gubernaturas en varias entidades del país y, en el caso de Oaxaca, la renovación de la Cámara de Diputados, así como la nominación de concejalías en 153 ayuntamientos que se rigen por el régimen de partidos políticos. 

Si a ese escenario se le suma la creciente violencia en todo el país, así como la rápida expansión del crimen organizado, podría haber diversos riesgos no sólo para las autoridades, sino para la población en general.

¿Morena es invencible? No hay partidos políticos eternos en el país y la muestra están en el PRI, el PAN y el PRD, todos prácticamente desaparecidos, sin militancia, y sumados a la llamada Cuarta Transformación.

El otrora poderoso priismo gobernó por más de ocho décadas el país, hizo y deshizo a su antojo con el presupuesto; creó nuevos millonarios y multimillonarios; saqueó el erario; devastó el país y al final hoy ni siquiera tiene candidato propio a la Presidencia de la República.

El PRD y el PAN están en la misma ruta de la extinción, pero unidos los tres en torno a Xóchitl Gálvez, han recuperado fuerza —fata ver si aceptación ciudadana que se traduzcan en votos—, podrían darle un susto al morenismo, que día con día se extiende con gente de otro partido, sin importar el tipo ni el pasado de corrupción de militantes que acoge.

ESCENARIO MUNDIAL

En ese contexto, de acuerdo con la organización Instituto para la Democracia y la Asistencia Electoral, con sede en Estocolmo, unos 70 países —que en conjunto reúnen más de la mitad de la población mundial—, entre ellos Estados Unidos, Rusia, India, México, Venezuela, Taiwán y los de la Unión Europea, tienen cita con las urnas en 2024, “paradójicamente en un contexto de amenazas a la democracia”.

Señala en su último informe que la democracia está en declive en el mundo debido a amenazas a la integridad de los procesos electorales, a la independencia del poder judicial, a la seguridad o la libertad de expresión y de reunión, incluso en países con sistemas democráticos consolidados.

Añade que entre las citas electorales del 2024 están las elecciones al Parlamento Europeo, que se celebrarán los días 6, 7, 8 y 9 de junio en los 27 países de la UE “y que determinarán el rumbo de la política comunitaria, aunque las que concitan más atención son las presidenciales en Estados Unidos, fijadas para el 5 de noviembre y cuyos resultados tienen siempre efectos en el escenario geopolítico mundial”.

ÁRBITRO LOCAL DÉBIL

Con respecto al estado, a casi tres meses de iniciado el proceso electoral 2023-2024, persiste el conflicto y la división en el Instituto Estatal Electoral y de Participación Ciudadana de Oaxaca.

Una presidencia cada vez más débil, avasallada por priistas disfrazados que día con día recobran fuerzas, asesorados por José Antonio Hernández Fraguas, Gustavo Meixueiro y Luis Miguel Santibáñez.

En poco más de un año, a Elizabeth Sánchez González definitivamente le falló el tacto y la política para afianzar su liderazgo. Hoy se encuentra más sola que nunca en el Consejo General del Instituto y ha sido minimizada hasta en los boletines de prensa.

Un ejemplo de muchas imposiciones, la de Alejandro Carrasco, que de nuevo recuperó la Comisión de Comunicación, donde se dispone de cuantiosos recursos económicos para algunos medios de comunicación que se pliegan a sus designios y a su manejo irregular del dinero.

La complicada situación en el IEEPCO ha generado múltiples problemas que hasta ahora han sido desdeñados por el Gobierno del Estado, como la instalación de consejos distritales vía remota y sin ninguna infraestructura; es decir, no cuentan con oficinas para operar.

Otro problema es el fracaso en la instalación de los consejos municipales, que apenas se lograron designar 107, pero en 46 no habrá este órgano y la función la tendrá que asumir el Consejo General.

Parece que a nadie le interesa el conflicto que continúa en el Instituto y que todos están más enfocados en el manejo del presupuesto del órgano, que es de muchos millones de pesos, por cuya ambición no hay ningún recato…

Mientras que a nivel nacional, el Presidente López Obrador y el Partido Morena han hecho todo lo posible por minar a las instituciones, como el Instituto Nacional Electoral y el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.

En el caso del INE, logró que fuera reemplazado Lorenzo Córdova como presidente del órgano, a finales de marzo pasado, para colocar a Guadalupe Taddei, una mujer sujeta a los designios de la llamada “Cuarta Transformación”.

En tanto que este 1 de enero, Mónica Soto inició funciones como presidente del Tribunal Electoral de la Federación, una vez que Rey Rodríguez fue prácticamente obligado a renunciar al cargo.

Para tener el control total, el Presidente de México no descarta impulsar reformas que permitan que los representantes electorales puedan ser designados por la población y no por su perfil profesional. De hecho, si por Obrador fuera, no habría instituciones electorales.

¿MORENA INVENCIBLE?

Con López Obrador a la cabeza, como verdadero jefe de campaña, el movimiento de Morena, convertido luego en partido político, ha tenido un crecimiento exponencial, no sólo en el número de militantes y simpatizantes, sino también en triunfos políticos.

Actualmente gobierna más de dos tercios de la población mexicana (22 entidades) y domina las Cámaras alta y baja, aunque en estos últimos casos ha tenido complicaciones legislativas para lograr mayorías y ha tenido que recurrir a aliados como el PVEM y el PT.

Pero su lema de “No robar, no mentir y no traicionar al pueblo” paulatinamente se ha ido diluyendo, por la determinación de su dirigencia, y del propio López Obrador, de reciclar a priistas, sin importar su pasado de corrupción.

Así ha sido en varias entidades, por ejemplo, donde a cambio de impunidad, los gobernadores salientes han sido “perdonados” (como es el caso de Oaxaca y el Estado de México, ejemplos recientes) e incluso premiados con algunos cargos.

En el caso de Alejandro Murat, al que se indaga, por ejemplo, por el uso irregular de tres mil 500 millones de pesos para obra pública, ya se pasó a Morena y está listo para recorrer el país a fin de promover a Claudia Sheinbaum.

Las determinaciones cupulares sin duda que han minado a los morenistas orgánicos, irritados porque ahora los incorporados acapararán los cargos de representación popular en juego; en consecuencia, se gesta un movimiento de inconformidad interno.

Mientras tanto, Morena se sigue tiñendo de tricolor y muy pronto —más de lo que se imaginan— los priistas o ex priistas se estarán apoderando del partido guinda; y los fundadores del movimiento estarán acrecentando su inconformidad: el resultado será la paulatina división, que pondrá el riesgo, en más corto plazo que el PRI, la existencia del morenismo.

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