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Oaxaca, “narcoelecciones” y la violencia extrema que viene

por Agencia Zona Roja

Ismael García M./Zona Roja.

Oaxaca de Juárez, Oax., 13 de febrero de 2022.- ¿Qué tan certera habrá sido la aseveración del gobernador Alejandro Murat en un evento priista?:

“Estamos aquí para trabajar por la seguridad de nuestros hijos, de nuestras familias; basta observar cómo municipios como Juchitán en su Cabildo tienen hombres de capos de la mafia.

“Hoy les pregunto, ¿queremos más experimentos?, ¿queremos la gobernabilidad que tiene Oaxaca?”.

Lo cierto es que en pleno desarrollo de la jornada 2021-2022, las elecciones comienzan a pintarse de rojo y apuntan, irremediablemente, a unas “narcoelecciones”, en que la disputa por la plaza por parte de grupos del crimen organizado será sangrienta, en el proceso de fin de sexenio e inicio de otro.

Porque no se explica de otra manera las múltiples masacres, por ejemplo cuatro en Juchitán; irracional reacción de pobladores de San Blas con la quema de cuatro vehículos, incluyendo una patrulla, y lo más reciente, atentado contra el edil de Tapanatepec, con saldo de dos muertos y dos heridos.

TERRORÍFICO

Un escenario realmente complicado presenta Oaxaca en materia de seguridad pública, pues en enero y dos semanas de febrero suman al menos 30 homicidios, la mitad de ellos probables feminicidios.

Los más recientes hechos: el domingo 13 de febrero, dos muertos y dos heridos en ataque armado a edil de San Pedro Tapanatepec; un asesinado en la ciudad de Oaxaca y otro en Huajuapan de León.

El sábado 12, violenta reacción de pobladores de San Blas Atempa, que quemaron cuatro vehículos, entre ellos una patrulla municipal, mientras que en Ejutla de Crespo fue hallado un decapitado.

Un día antes, un asesinado en Pinotepa Nacional, mientras que el jueves 10 de febrero fue ultimado de varios balazos en Salina Cruz el periodista Héber López, pese al supuesto refuerzo de los esquemas de seguridad.

El martes 8 de febrero, el gobernador Alejandro Murat y los titulares de Seguridad Pública y de la Fiscalía General, así como de la Guardia Nacional y el Ejército, entre otros, anunciaron el reforzamiento de la seguridad en la región del Istmo, lo cual no ha dado resultados.

Ello fue decidido después de masacres de familias ocurridas en Juchitán; el 6 de febrero con cuatro, tres de ellas mujeres; el 3 de febrero con tres ejecutados, todas mujeres incluyendo una menor, y el día anterior tres ultimados a balazos, de los cuales dos fueron mujeres.

La capital de Oaxaca no ha estado exenta de la grave violencia y en este año suma al menos cinco víctimas mortales, incluyendo dos feminicidios. El 23 de enero, dos ejecutados en Unión Hidalgo; el 12 de enero cuatro ejecutados en Juchitán, y así, la larga lista de crímenes, en Santa María Petapa, Santiago Jamiltepec, en Villa de Tututepec, en Huajuapan de León, en Matías Romero, además de una serie de ataques armados en Loma Bonita.

¿SÓLO MORENISTAS?

“Casualmente”, en los municipios donde mayor se ha desarrollado la violencia son gobernados por presidentes municipales surgidos del Partido Morena, sobre todo en la región del Istmo de Tehuantepec

“Casualmente”, en su mayoría son afines y respaldan con todo, incluyendo recursos financieros, a Salomón Jara. Y tienen un eje en común: Antonino Morales, dirigente de la organización FUCO y señalado –mas no investigado– de diversos delitos de orden federal.

Juchitán con Emilio Montero Pérez; Tapanatepec con Humberto López Parrazales; Salina Cruz con Daniel Méndez Sosa; Tehuantepec con Vilma Martínez Cortés, que repite en el cargo, al igual que el de Juchitán; San Blas Atempa con Antonino Morales, por mencionar algunos.

Es claro que, pese a la reciente declaración del gobernador Alejandro Murat (al que por cierto le reviró el Cabildo de Juchitán y le exigió una disculpa pública), no hay interés en investigar hasta dónde hay omisión, irresponsabilidad o encubrimiento por parte de las autoridades estatales.

Es claro también que el Istmo de Tehuantepec es un importante corredor de tráfico de drogas y de migrantes, provenientes de Sudamérica y Centroamérica, y que hasta ahora nadie ha podido frenar.

Mientras tanto, el Corredor Interoceánico ya es otro apetitoso botín para el crimen organizado y nada más hay que leer a Peniley Ramírez en el diario “Reforma”, que desmenuzó cómo los grupos armados han impuesto ya su voluntad (http://www.zonaroja.com.mx/?p=36036) aún en el proceso de construcción de infraestructura.

Para nadie es un secreto también que al menos tres grupos del crimen organizado de manufactura nacional e internacional se asientan en Oaxaca desde hace varios años (http://www.zonaroja.com.mx/?p=4325), los “Zetas”, “Noroeste”, y los Beltrán Leyva, sin descartar al Jalisco Nueva Generación.

 ¿Y EL PRI?

Para nadie es un secreto que zonas donde mayor presencia del crimen organizado, están también con presencia de autoridades municipales emanadas del PRI, concretamente en la Cuenca del Papaloapan y en la región de la Costa, desde Juquila, Reyes Nopala, Mixtepec, hasta la Costa chica.

A inicios de noviembre pasado, fue detenido Gustavo Díaz Sánchez, diputado electo del PRI, acusado de diversos delitos, entre ellos homicidios; se ha difundido también de manera constante en la zona el dominio que ejerce su hijo “El Pino” en actividades ilícitas.

¿Sabe o no Alejandro Avilés Álvarez estas ligas con su amigo y compadre Díaz Sánchez? ¿Qué nexos guarda con su otro amigo actual diputado Freddy Gil Pineda?

El actual candidato del PRI a gobernador de Oaxaca conoce perfectamente el entramado del crimen organizado –y no se está acusando que esté involucrado de manera directa– y hasta ahora no ha habido ningún pronunciamiento al respecto.

¿Quiénes están más involucrados con grupos violentos y delictivos en Oaxaca? ¿Los morenistas o los priistas? Entre sorna y entre seriedad, circulan versiones que la elección de la gubernatura es la disputa de dos grupos del crimen organizado.

Y sí, de lo que se trata es la disputa de la plaza. Terminado el actual sexenio de Alejandro Murat, los grupos delictivos de manufactura nacional, con sus ramales estatales, buscan ahora con quién negociar para no ser molestados en sus actividades ilícitas durante los próximos seis años.

Entonces la razón principal de los hechos violentos y criminales que han recrudecido este año (a lo que la Fiscalía le ha atribuido el narcomenudeo) es quién controlará Oaxaca y por ello, lamentablemente, la lucha “narcoelectoral” se intensificará.

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