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Opinión. El país nuestro de cada día

por Agencia Zona Roja

Soledad Jarquín Edgar/SemMéxico

Rompiendo las reglas, mis reglas, hablaré sobre las y los aspirantes al poder político de México, pero aclaro solo de pasadita, de refilón.

Tanto los del partido en el poder como los del otro bando, llamados frente opositor, un mole de partidos, término que ya había utilizado en aquel experimento que se hizo en Oaxaca en 2010 y que llevó al triunfo a Gabino Cué, un mole de varios chiles donde lo único que les unifica que es la carne, están muy ocupadas y ocupados.

Así vemos a los cuatroté y a los de (en)frente ¿En qué? se preguntarán atinadamente y ustedes tendrán la respuesta. Están muy concentrados en darnos las recetas de qué forma este país podría funcionar, están empeñados en decirnos, porque ellos y ellas lo saben, en cómo este país puede funcionar o debería funcionar.

Se llaman promesas de campaña, lo sabemos todos y cada una de quienes transitamos cada seis años por estos procesos electorales para elegir verbocramente a quien dirigirá los destinos de México (qué bonito se lee) o en casos estatales cada seis años pasamos por lo mismo para elegir al gobernador –solo 13 entidad del país ha tenido en algún momento una gobernadora- o a quienes estarán al frente del poder local, las diputaciones estatales y federales.

Son tiempos de enamoramiento porque es cuando nos bajan el cielo y las estrellas, aprovechando que quién está en el poder siempre inicia la curva del descenso, hasta que ocurre el momento donde todo mundo clama vivas y en algunos casos cierran filas en torno a quien ha sido electo (más de 200 años de gobiernos patriarcales, que no siempre terminan con una mujer al frente).

Así quienes aspiran a ocupar los cargos insisten en señalar a su conveniencia lo que está mal, aunque si llegan difícilmente encuentran el tratamiento efectivo y siguen probando entre ensayo y error, como si fuéramos ratones de laboratorio.

El proceso electoral 2024 se adelantó más de seis meses en 2023. Así lo tendrán que poner en la historia. El INE es un fiel observador que para taparle el ojo al macho revira con algunas micro-sanciones a lo que evidentemente son tiempos adelantados, adelantadísimos de campañas políticas. Hoy a 67 días desde que Sheinbaum, Fernández, Ebrard, López, Monreal y Velasco iniciaron sus campañas envueltas en una mentira, porque se promueven para la presidencia, aunque digan que van por otra cosa. Y nos faltan más días de entretenimiento al que se sumaron con casi 30 días de retraso los del Frente Opositor Gálvez (de Troya), Paredes, las únicas sobrevivientes, en el camino se quedaron varios atrás. ¿El pronóstico es que habrá una contienda electoral 2024 con dos candidatas presidenciales? Quién sabe. Pero no vine a hacer pronósticos electorales.

Esta precampaña, estas elecciones primarias, como les llaman quienes saben al respecto, ha ocupado varios cientos de horas, miles de minutos en medios electrónicos y muchas páginas virtuales o de papel en medios de comunicación, además de los innumerables mensajes y verdaderas contiendas campales, solo de palabras escritas en las redes sociales. Medio país entretenido.

En estos días y los que faltan, lo que vivimos es una especie de verbocracia o palabrería. Detrás de sus dichos, que son solo dichos, tal parece que no hay más. Una verbocracia que se concentró en los últimos poco más de cinco años en una sola persona y que ahora se reparte, como cachitos de lotería, la lotería de la promesa, entre otras muy diversas personas.

En este 2023, nuevamente el poder político (y todo lo que ello represente) dicta la agenda y nos dice qué tenemos que ver y qué debemos dejar de ver el resto de las y los mexicanos. Nos invitan a ponernos detrás del cristal desde el cual ellos y ellas miran, nos invitan a ser como ellos, como AMLO que aplicando la enseñanza salinista ni los ve, ni los oye.

Detrás del cristal en estos días el país sigue chorreando sangre. Hay casos desgarradores e inexplicables, no hay explicación alguna, nos dejan ver una realidad que ha convivido con miles de familias en este país, la crueldad, la deshumanización total, el dolor profundo, que se consiente y cobija con la impunidad, me refiero al caso de los cinco jóvenes de Lagos de Moreno en Jalisco, cuya búsqueda, dio lugar al encuentro de otros cinco cuerpos, casi por casualidad…Y qué decir del Hilario N el hombre que asesinó a una joven en una carnicería y quien –ahora sabemos- tenía antecedentes por acoso.

Lagos de Jalisco ¿la tumba del gobernador Enrique Alfaro? ¡Qué va!, basta un manotazo en la mesa para darle la vuelta, hoy la noticia es otra, adiós a su partido, adiós a Dante Delgado. A menos que encontremos el mar de fondo.

Ambos casos nos cuentan que, en este país, no se investiga, en este país hay impunidad, porque casualmente encontraron cinco cuerpos y porque el agresor de la joven en Cajeme, Sonora, tenía antecedentes, pero eso no sirve de nada, si las autoridades no hacen su trabajo.

Ese es el país de nuestros días. Uno donde la violencia creció desmesuradamente bajo el amparo de los gobiernos por décadas atrás, lo que no justifica ni las risitas burlonas ni los abrazos del dueño de los cuatro tés.

*Periodista y activista feminista.

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