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Opinión. Oaxaca y el 2022: la guerra que viene

por Agencia Zona Roja

Ismael García M./Zona Roja.

Oaxaca de Juárez, Oax., 7 de junio de 2021.- El proceso comicial que concluyó este domingo fue un ensayo de lo que está por venir en el 2022: guerra de acusaciones, mucha violencia y continuidad de la hegemonía de Morena… aunque.

Hegemonía de Morena que no está del todo clara, pues en el caso de los comicios celebrados en el país, si bien avanzó significativamente en las gubernaturas disputadas, en la Cámara de Diputados federal tuvo un retroceso.

En el Poder Legislativo, irremediablemente tendrá que pactar y aliarse con la “chiquillada”, como el PT y el PVEM, que ahora le cobrará facturas más altas. En Oaxaca, por cierto, Morena arrasó en los 10 distritos.

Con respecto a esta entidad, en el proceso electoral también hubo retrocesos para el morenismo, pues de ganar hace tres años prácticamente la totalidad de las 25 diputaciones locales (24), ahora le arrebatarán cuando menos cinco.

Huelga decir que en esta colaboración omitiremos las cifras, pues con los que se cuentan son del Programa de Resultados Electorales Preliminares, que podrían variar, y los datos definitivos serán del conteo que realice el Instituto Estatal Electoral, con base en las boletas.

Con respecto a los 153 ayuntamientos en disputa, un caso emblemático es la capital del estado, pues Francisco Martínez Neri obtuvo, de manera preliminar, una amplia ventaja sobre Javier Villacaña Jiménez, quien tenía todo para ganar, estructura, recursos, alianza inédita entre el PRI-PAN-PRD, respaldo federal, entre otros.

¿GANÓ SALOMÓN?

¿Ganó Morena? Digamos que se mantuvo, no amplió su presencia política, a pesar de ser uno de las entidades más consentidas presupuestalmente por el Presidente Andrés Manuel López Obrador.

¿Ganó Salomón Jara? Evidentemente que no, pues ha construido sus redes a base de engaños, prebendas, decisiones personales, lo que generó que mes y medio antes de los comicios, se ahondara la división entre los morenistas oaxaqueños.

No hay hegemonía de Morena, como tampoco de Salomón Jara y en los próximos meses surgirán nuevos liderazgos, uno con tinte femenino, que terminarán por enterrar los sueños del senador.

¿Qué fue del PRI? Si bien los tiempos de antaño ya no regresarán, y hasta ahora no ha logrado transformarse como partido o mutar, como lo hizo el PRD hacia Morena, en el caso de Oaxaca tuvo una ligera recuperación, tanto en el Congreso local como en algunos ayuntamientos. PRI representa también la derrota de Alejandro Avilés, que se creyó, o se cree, el mandamás del partido, por encima de Eviel Pérez.

Sin embargo, tuvo que recurrir a sus otrora enemigos políticos, como es el PRD y el PAN, que tampoco tuvieron un resurgimiento que se esperaba.

Los tres tristes tigres no tienen, por ahora, mayor relevancia ni la tendrán en los comicios siguientes, si no mejoran sus estrategias.

LO QUE VIENE

En septiembre inicia el proceso electoral 2021-2022, en que se renovará la gubernatura del estado.

La guerra de acusaciones continuará, y la violencia también, pues a nivel nacional es cada vez más generalizada; el crimen organizado crece, sin que haya, hasta ahora, poder humano que lo detenga, pues pervive y aumenta a base de la corrupción.

En lo político, Morena no tiene todo a su favor, pero tampoco el PRI ni mucho menos los partidos pequeños, que varios de ellos desaparecerán; uno en particular, Fuerza por México, del dirigente nacional de CATEM, Pedro Haces Barba, que soñaba con sustituir a Morena y ganarse las simpatías de López Obrador.

O el PRI, el PAN y PRD se transforman, o quedarán enterrados definitivamente el próximo año.

O Morena se transforma y realmente deja atrás los vicios del perredismo, o también el elector tomará otras decisiones.

En menos de un lustro, los morenistas se olvidaron del “no robar, no mentir y no traicionar al pueblo”, y ello los podría llevar a la tumba el próximo año.

Por lo pronto, los resultados de su partido, el tricolor –pese a los esfuerzos que haga–, no serían preocupación de Alejandro Murat, sino cumplir con un pacto que inició con su mandato. Y lo cumplirá.

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