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Crónica. Delgado y Morena, con olor al rancio PRI de antaño

por Agencia Zona Roja

Ismael García M./Zona roja.

Oaxaca de Juárez, Oax., 19 de febrero de 2021.- Como en los viejos tiempos de gloria del priismo: el hotel preferido por los tricolores; estacionamiento a reventar de vehículos de lujo; policías municipales a disposición; besamanos, acarreos, protestas y hasta intento de censura a la prensa.

No, no fue un evento del PRI, sino del Partido Morena, en que el único invitado que faltó fue la sana distancia, a pesar de la presencia de la responsable de la atención a la pandemia en Oaxaca, la senadora Susana Harp.

A las 12:00 horas la cita en el hotel “Misión de los Ángeles” de la capital, para una conferencia de prensa. Pero Mario Delgado Carrillo llegó antes, se placeó por los mercados del centro, saludó a la gente, aceptó selfies… pese a que la ciudad de Oaxaca es la de mayor contagios por Covid: 11 mil 397 contagios y 589 decesos a la fecha.

El estacionamiento del hotel, lleno de vehículos de lujo; afuera en lugar prohibido, sobre la calzada Porfirio Díaz, invadida también de unidades de motor, como le hacían los priistas con sus privilegios.

Ya listos, medio centenar de manifestantes, bandera en mano; listos para la recepción, y también para la protesta. En el acceso, rigurosa revisión a la prensa y a los invitados: ¿de qué medio viene?, ¿trae credencial de identificación?, si no, no puede pasar.

Tras el ingreso, ni gel ni sanitización; sólo un sencillo tapete en el acceso del salón del encuentro. Delgado no fue puntual, llegó 15 minutos después. Pero eso lo usaron los morenistas para saludarse y hasta abrazarse, sin absoluto respeto a la sana distancia.

Ahí estaba Oswaldo García Jarquín, en horario de labores; afuera, decenas de policías viales y municipales resguardando nada.

Ahí estaba Susana Harp, la senadora que aprovechó para dar su miniconferencia sobre el Covid.

Ahí estaban los protagonistas, como el diputado Daniel Gutiérrez, que dejó su lugar a un costado para sentarse enfrente, aunque luego fue retirado. O como Azael Santiago Chepi, que afanosamente buscó a Mario Delgado pero sólo consiguió una cita con el delegado de la circunscripción.

12:15, finalmente llegó. De inmediato más porras y aplausos para el líder, que recorrió las mesas para saludar y tomarse fotos con diputados locales y federales, principales invitados.

A la hora de la conferencia, una preocupación para unos: la silla de Salomón Jara estaba vacía. Sesul intentó llenarla, pero quien cubrió fue Daniel Gutiérrez, ávido de reflectores.

Por fin, 12:14, arribó Jara, tarde y escoltado por la diputada Delfina Guzmán. El rollo de Delgado, que prometió difundir un video, con el añejo tema del Fobabroa, para no contrariar a los priistas actuales, como los Murat.

–Quisiera saber acerca del caso de Guerrero y Félix Salgado… –cuestionó un reportero.

–Buuuu, ¡estamos en Oaxaca no en Guerrero!… el grito de los morenistas, para intentar callarlo.

Media hora de una conferencia insípida; escasas preguntas, porque el barullo ya estaba afuera.

“¡Fuera Alejandro Jarquín! (edil perredista de Xoxocotlán) ¡No queremos a su esposa como candidata por Morena! ¡Dicen que ya compró la candidatura!”, los gritos y las mantas que obligaron cerrar el acceso principal al salón.

Los reporteros pretendieron entonces salir, pero les fue impedido. Minutos de tensión en el interior, para buscar una salida alterna.

Pero tras ello, vino la trifulca, un morenista golpeó a un trabajador del hotel, porque no le permitió ingresar a su grupo con la protesta. Jaloneos, patadas, manotazos… En el exterior, más gritos y exigencias y denuncias. Las banderas blanco y guinda de bienvenida, ahora se usaron para recriminaciones.

Desdibujada la sonrisa de los líderes de Morena en Oaxaca; Sesul Bolaños no atinaba dónde meter la cabeza. La apoteosis morenista derivó en un trago amargo.

Delgado llegó con porras y vivas. Dos horas después se fue irritado por las protestas y denuncias y el descuido de Sesul Bolaños para controlar a la turba. Delgado venía a apaciguar a las tribus perredistas, pero sólo se encontró con más divisiones y peticiones: repetir o ser postulado en un cargo de elección popular.

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