Inicio Minuto a Minuto A la memoria de Narciso Reyes: Cuarto para las Doce. Ya no amaneciste.

A la memoria de Narciso Reyes: Cuarto para las Doce. Ya no amaneciste.

por Agencia Zona Roja

Isidoro Yescas/Zona Roja.

Oaxaca de Juárez, Oax., 20 de agosto de 2020.- La frase «di positivo, procede a confinarme» (más «propia» de políticos y funcionarios), nunca la pudo pronunciar. Ni lo haría si otras hubiesen sido las circunstancias en las que lo atrapó el Covid para arrinconarlo, obligarlo a ser hospitalizado y, ya intubado, dejar en manos de la ciencia médica y de Dios su destino.

Fue un periodista de la vieja guardia en muchos sentidos:  empezó a principios de la década de los sesenta de ayudante de talleres en el diario “Carteles del Sur”, dirigido toda la vida  por don Néstor Sánchez.

Luego decidió pedalear una bicicleta de la empresa para distribuir el diario y con los estudios básicos que la situación de la época imponía a gente de escasos recursos económicos, se animó a realizar sus primeros tecleados escribiendo una columna rosa titulada » Me lo dijo un pajarito» firmada por “Pecho Amarillo”.

En una época en donde todos se portaban bien, empezando por los periodistas, la vena antisolemne del nobel columnista prendió de inmediato y Carteles Editores agarró más fuerza con los comentarios cotidianos de “Pecho Amarillo” sobre la vida, obra y milagros de la gente de bien.

Años después incursionó en el columnismo político, no del análisis como es propio de este género periodístico, sino de los dimes y diretes de lo que ocurría en oficinas públicas y de las andanzas santas y ‘non sanctas’ de políticos y funcionarios de todos los calibres.

Y la nueva  tribuna para darle vuelo a las «infamias» de “Juan Diego” fue otro diario, “Noticias”, dirigido entonces por José Martínez Bastida.

«Con Mayúsculas» se convirtió así en lectura preferida (y quién sabe si obligada)  de  políticos de varios sexenios. Primero en “Noticias” y hasta sus últimos días en “Tiempo”, dirigido por Wenceslao Añorve, la desacralización del oficio del político cobró carta de naturalización.

Un dato no menor para quien no tuvo la oportunidad de ser «comunicólogo» ni estudiar en alguna escuela de periodismo, fue la calidad gramatical de sus textos: impecables, bien redactados.

Estuvo peleado con la solemnidad y las buenas costumbres (y se vanagloriaba de escoger sus lecturas y amigos), pero nunca con la Real Academia de la Lengua Española (de la otra Academia, la Viperina, fue socio fundador).

Ayer en la noche, miércoles 19 de agosto, Día de San Bernardo Abad de Claraval, «devotísimo de la Santísima Virgen», Narciso Arturo Reyes(a) “Juan Diego”, devotísimo de la Virgen de Guadalupe,  ingresó a la larga lista de amigos y amigas víctimas del Covid.

Descansa en paz, “Piógenes”.

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