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por admin

Por: Redacción

“¡A él no lo quiero ver! ¡No lo acepto en las reuniones! ¡No sabe ni siquiera lo que sucede en Oaxaca! ¡No le gusta coordinarse con nadie!”. El de los gritos, con su voz ya de sí fuerte, el general Alfonso Duarte Mújica, entonces comandante de la Octava Región Militar de la Secretaría de la Defensa Nacional, con sede en Santa María Ixcotel, Oaxaca.

El aludido, el fiscal General Rubén Vasconcelos Méndez, quien fue rechazado en diversas ocasiones a ser recibido por el más alto mando militar en la entidad.

Las razones: la aversión del doctor en Derecho hacia los jefes policiacos en Oaxaca, como el secretario de Seguridad, José Raymundo Tuñón Jáuregui; el director de la Policía Estatal, José Aniceto Sánchez Saldierna, y el secretario Ejecutivo del Sistema Estatal de Seguridad Pública, José Manuel Vera Salinas.

Los pleitos del fiscal crecen día con día y desde hace varios meses ha querido suplir al director de la Agencia Estatal de Investigaciones, Antonio Yglesias Arreola; incluso recientemente ya había propuesto el relevo, pero el alto mando que gobierna desde una oficina en la ciudad de México, decidió que no se cumplirían los caprichos de Vasconcelos Méndez.

Esa es una de las principales razones por las cuales la delincuencia, común y organizada, se burla de Oaxaca, de los oaxaqueños y de las autoridades de los tres niveles de gobierno. Absoluta descoordinación y desconfianza; nulo trabajo en procuración de justicia ante los crecientes feminicidios, ataques a la prensa y violencia incesante.

El pasado 16 de mayo fueron designados nuevos mandos de la Sedena en el estado. El general Juan Arturo Cordero Gómez, sustituyó a Alfonso Duarte Mújica en la Octava Región Militar, mientras que el general Jaime González Ávalos, tomó las riendas de la Vigésima Octava Región Militar, también con sede en Ixcotel, en reemplazo del general Martín Terrones Calvario.

La pregunta es: ¿aceptarán ellos a Rubén Vasconcelos en las mesas de coordinación y seguridad? O seguirán las desconfianzas hacia quien recientemente cumplió dos años en el cargo pero en los hechos ha sido una nulidad absoluta.

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