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“Si no nos morimos de coronavirus, nos moriremos de hambre”

por Agencia Zona Roja

Evlin Aragón/Zona Roja.

Oaxaca de Juárez, Oax., 25 de abril de 2020.- En solitario, un aseador de calzado se aferra a su oficio. Es sábado, pero como cualquier día, se instala su lugar de trabajo en el zócalo de Oaxaca, pese a la disposición oficial que prohíbe desde hace unos días la permanencia de personas en espacios públicos, para evitar el contagio masivo de Covid-19.

“Si no nos morimos de coronavirus, nos moriremos de hambre”, dice don Sergio Hernández Alvarado, un bolero que aún tiene la esperanza de hallar clientes, en un lugar sin gente.

Explica que ya lleva un mes sin percibir ingresos ante la ausencia de personas en las calles y el reciente cierre del primer cuadro de la ciudad oaxaqueña, que hoy está bajo el resguardo de elementos de la Policía Estatal y de la Municipal.

Con un zócalo prácticamente vacío, reconoce que la situación económica es tan difícil que ya se ha planteado hacer ambulante su oficio y recorrer las calles de la ciudad en busca de clientes que puedan contribuir en su economía y por ende en el sustento de su familia.

“Creo que ahorita me voy a llevar mi material y voy a salir a las calles a buscarle, está complicada la situación para mí y mis compañeros”, refiere en una breve platica para ZONA ROJA.

A diferencia de muchas otras personas que aún no creen en la existencia del virus, el bolero de oficio asegura que se mantiene atento de las noticias y sabe que han muerto muchas personas en el mundo a causa del coronavirus. “Ojalá que no pegue tan feo acá, porque yo tengo que trabajar para no morirme de hambre”.

Don Sergio no es el único; en total son 80 boleros los que se encuentran en la misma situación, ya que fueron desalojados de las principales plazas públicas ubicadas en la capital del estado, debido a las medidas para evitar contagios masivos por Covid-19.

A pesar de ello, la fe lo mantiene tranquilo y esperando que la situación no se agrave y pronto la normalidad regrese, principalmente la afluencia de personas en el zócalo de la ciudad que le permita obtener los ingresos diarios por su labor.

“Primeramente Dios que nos oiga y pase esto, que no nos enfermemos y podamos seguir trabajando”.

Y aunque reconoce el respaldo del municipio de Oaxaca de Juárez que les otorgó un par de despensas, la realidad es que no son suficientes, por lo que están a la espera del apoyo de los gobierno estatal y federal, aunque este último a través de la Secretaría Bienestar le ha notificado al gremio que no puede respaldarlo.

“Ya fui al gobierno federal y no hay apoyo, ya fui al estatal y me dijeron que yo mandara un Whatapps con el nombre de los compañeros a ver si nos pueden apoyar, ya mande la lista a ver si nos hacen caso. Ojalá que el llamado llegue a oídos del señor gobernador para que nos apoye”, concluye.

Sábado de aniversario 488 de la ciudad de Oaxaca, festejo que don Sergio añora, porque le habría ido mejor con tantos visitantes cada 25 de abril. Pero no, no fue así. No pasa el mediodía y se va, en espera de la ayuda oficial, su única esperanza por ahora. La única esperanza de muchos, por ahora.

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