Ismael García/Zona Roja.
Oaxaca de Juárez, Oax., 30 de marzo de 2020.- En menos de una semana y en medio de la emergencia por el coronavirus, se consumó la simulación: se emitió una convocatoria a modo, se inscribieron sólo dos candidatos que llevaron a sus acarreados y después los declararon presidente y secretaria general del PRI.
Sí, es el Partido Revolucionario Institucional de Oaxaca , el que en los hechos, no ha aprendido de las derrotas de los dos procesos electorales recientes y tampoco –se prevé– quiere dar la batalla en el 2021.
Sí, con ello se confirma que a Alejandro Murat Hinojosa no le importa su partido, que dejó en manos del diputado Alejandro Avilés Álvarez –que a su vez impuso a Eduardo Rojas Zavaleta– y que ya tiene su estrategia electoral, en conjunto con su padre, mentor y cogobernador José Murat; ya tiene ruta política, y no es con el priismo.
Pero en la prisa por la imposición, no se percataron que Rojas Zavaleta no conoce las regiones, jamás ha salido más allá de la Costa; no tiene trabajo político con las bases y estuvo denunciado por agredir a un periodista, además de corrupción a su paso como funcionario estatal.
HISTORIA EMPRESARIAL
A Luis Eduardo Rojas Zavaleta lo distinguen más por su historia empresarial que por su trabajo proselitismo; en realidad, su mérito es haber puesto dinero para campañas políticas e incluso prestar su avión cada vez que se lo requirieron en la campaña del 2016. Liderazgo, trabajo a ras del suelo, presencia, no tiene. Sólo padrinos.
Es empresario radiofónico dueño de las concesiones de Exa FM en el estado de Oaxaca y se presume amigo del gobernador Alejandro Murat, a quien en diversas ocasiones le ha facilitado su avión.
En el 2011 llegó a la presidencia municipal de San Pedro Mixtepec –que gobierna ahora Freddy Gil Pineda, compinche de Avilés y del también diputado Gustavo Díaz Sánchez–; después el ostracismo.
Resurgió con sus apoyos en la campaña política de Murat Hinojosa y al iniciar la actual administración estatal, asumió el cargo de secretario de Desarrollo Agropecuario, Forestal, Pesca y Acuacultura, cargo del que fue retirado en 2018, por presuntas irregularidades.
En 2018 hizo campaña política e intentó ser diputado local por el Distrito 23, con sede en Mixtepec, pero su falta de arraigo, combinado con el arrastre de Morena, pudieron más que sus millones de pesos.
DESVÍO DE RECURSOS
En marzo de 2019, fue señalado en notas periodísticas de no comprobar recursos financieros a su paso por la Sedapa.
“La delegación en Oaxaca de Sagarpa y la Secretaría de Desarrollo Agropecuario, Pesca y Acuacultura (Sedapa) no comprobaron el destino de más de 93 millones de pesos etiquetados, en el año 2017, para apoyar a campesinos pobres.
“La Auditoría Superior de la Federación (ASF) señaló en los resultados de la auditoría número 2017-0-08100-15-0304-2018, que estos recursos provenientes del Programa de Apoyos a Pequeños Productores de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación’ para el ejercicio 2017, fueron aparentemente repartidos, sin embargo, no hubo convocatoria por parte de la Sagarpa en Oaxaca para la entrega de estos apoyos.
“El importe pagado por el Fideicomiso Alianza para el Campo de Oaxaca (FAPCO), carece de la documentación que acredite el devengo de los servicios pagados a las 48 ADR (Agencias de Desarrollo Rural)”, reveló la información.
El hoy presidente del PRI jamás precisó si quedó saldada esa cuenta o prosiguen las investigaciones; mucho menos el gobierno, por supuesto.
EL ESCÁNDALO
Rojas Zavaleta tiene en su contra también una Carpeta de Investigación, la 25/FEIDTS(DCLE)201/, por ataques contra un periodista que fue su jefe de prensa en la Sedapa.
Eduardo Rojas Zavaleta y/o Luis Eduardo Rojas Zavaleta, ofreció finalmente su disculpa a Osvaldo Carrillo Hernández, luego de llegar a una conciliación en la Procuraduría General de la República; aunque hay versiones que señalan que tuvo que ser mediante una fuerte suma de dinero.
Según el agraviado, fue en junio de 2017, en que recibió una llamada telefónica del imputado para reclamarle en forma amenazante una publicación en internet.
El escáldalo creció y varias organizaciones de periodistas se pronunciaron en contra del ex funcionario. Finalmente hubo arreglo, pero eso no obsta para que siga siendo señalado como agresor de la prensa.
De manera sorpresiva, el pasado domingo 22 de marzo, en las oficinas de la CNOP, centro de la ciudad –un espacio reducido al que llegaron decenas de personas que abarrotaron el espacio, pese a las recomendaciones de las autoridades para prevenir el coronavirus–, el PRI abrió los registros.
Dos aspirantes, Rojas Zavaleta y Amairani Morales Valenzuela (que aún no había renunciado a los Servicios de Salud, quien en el acto mostró absoluto desconocimiento de la sana distancia y que no tiene ninguna carrera política, más que ser esposa de Jorge Ilescas Delgado, funcionario de Murat), los únicos anotados. Tres días después, el miércoles 25, fueron declarados presidente y secretaria general del PRI, respectivamente.
El PRI ha estado muerto, desde que lo asumió Jorge González Ilescas, quien no ha hecho en absoluto un trabajo político por rescatar al partido y reavivar las bases; eso sí, ha sido nota por los escándalos, como el que el Colegio de Bachilleres de Oaxaca, que dirige su hijo Rodrigo González Ilescas, le pague boletos de avión y otros gastos.
Llega Eduardo Rojas Zavaleta, que tampoco sabe de estrategia política ni conoce el estado; está confiado en que su mentor, Alejandro Avilés Álvarez –con los consejos del ex priista y ex morenista Jorge Franco Vargas–, le dicte las líneas a seguir… pero éste tiene su propia ruta ajena a los gobernadores Murat.
